Serie Mundial

Hoy da inicio la Serie Mundial en Detroit con un partido que será decisivo para medir lo que podría ser la victoria de uno u otro equipo. Yo me voy con los Tigres a pesar de que LaRussa es de mi aprecio y lo sigo siempre porque pienso que es bueno dirigiendo, inteligente y además no lo veo como racista.

Me voy con Detroit porque representa el sitio donde vivo y estamos muy entusiasmados con la serie. Jim Leyland, manejador de los Tigres es muy particular en su forma exitosa de dirigir y muy querido aquí. Pero no he podido conseguir los tickets de entrada. Los precios están muy altos y las conecciones que tengo han fallado y al no hacer los contactos necesarios me he quedado en la calle.

Pero haré la lucha a ver si consigo algo antes de que termine la serie. Muchos de los peloteros dominicanos que uno conoce desde allá son muy accesibles aquí y cuando uno logra ubicar su teléfono celular y llamarlos ellos acceden gustosamente a regalar tickets y de los buenos. Valiendose de algunos amigos y familiares se consiguen los números celulares y entonces ellos regalan los tickets, hablan con uno, te regalan bolas autografiadas, te presentan los otros peloteros estrellas de sus equipos y a veces suben hasta donde tú estás y te saludan si son amigos cercanos. No todos los peloteros son iguales. No todos son brutos, analfabetos y de malos modales.

Mis elogios para algunos de ellos que he compartido y charlado dentro y fuera del terreno y al saber que somos dominicanos o algún amigo comun nos presenta me han recibido bien. Para Manny Acta, actual coach de New York Mets, Juan Samuel coach de Detroit, Wilfredo Cordero, Andrés Galarraga, Luis Díaz, Vladimir Guerrero, Ramón Santiago, Francisco Cabrera, Juan Encarnación y otros.

En la ligas menores que tiene sucursal aquí los novatos sufren mucho porque no tienen arooz, habichuelas, carne de res guisada y otros platos de nuestra comida y se desesperan pues no saben cocinar, no tienen accesorios de cocina y ganan poco dinero para gastar.

Se sienten muy felices cuando uno los saluda y les lleva comida dominicana al estadio antes del juego.
Es como un manjar en el desierto.